martes, 15 de marzo de 2016

Una foto de terciopelo

Como en una película en blanco y negro de romances de primavera. Como en un lapsus de mi memoria en busca del sueño prometido de cada noche. Como si fuera la primera vez, que de buena tinta tengo sabido que no lo es. Volví a rebuscar en mi caja de las fotografías la misma instantánea de la infancia más precoz e inocente.
De pronto ahí estaba de nuevo entre mis manos como sontiendo la luz entrando por los orificios de mis ojos, con aquella dislumbre naranja de las tardes que duermen al sol. Mi túnica de raso, mi capirote alto y mi cuerpo tan pequeño.
En la perfección armónica de cada mediodía de Lunes santo.  La inmensidad renacía con la naturalidad con la que florecía en mi pecho los nervios.
Mis recuerdos de nuevo en bandeja, ¿ Quien reniega entonces de un viejo corazón de terciopelo? Pues quien nace con la dicha morirá con ella misma, buscando aunque sea en el último suspiro la primera foto donde aparezca su terciopelo de estreno.

Porqueno?porquesi


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